Eso es lo que se puede llegar a pasar si juegas al “Project Zero 2” (Fatal Frame 2 para los guiris), ese pedazo de juego de los chicos de Tecmo (si, si: Los del DoA). Sobre todo si tienes la peregrina (o genial, según se mire) idea de ponerte a jugar una noche solo en casa y con las luces apagadas… Más de un brinco en el sofá seguro que pegas…
Bueno, la verdad es que creo que mi primer encuentro con los juegos de tipo “horror survival” desde los tiempos del ya clásico juego de Ifogrames “Alone in the Dark” (Del que pronto veremos la película. Eso si que da miedo.) difícilmente podía ser mejor.
Bien, vayamos por partes…
La acción del “Project Zero 2” nos pone en la piel de una chica japonesa llamada Mio que, acompañada por su hermana gemela Miyu, tras perderse en el bosque acaba en el último sitio en el que uno desearía estar: la aldea de “All God” (curioso nombre, me gustaría saber como era el original japonés), un misterioso pueblo abandonado escondido en la espesura del bosque.
Después de esta pequeña introducción, la verdad es que no se por donde empezar a echarle flores a este juego. Definitivamente, me ha parecido uno de los mejores juegos que he jugado hasta ahora y desde luego, el que más me ha aterrado, asustado, puesto los pelos como escarpias y mantenido constantemente en tensión.
Absolutamente todo de este juego me ha encantado.
Una historia terrible de sacrificios y rituales malditos que vas descubriendo con cuentagotas a lo largo del juego. Las angustiosas historias de cada uno de los personajes implicados en la trama. El horrible destino que les esperaba y su rebeldía, frustración y finalmente resignación y remordimientos ante él.
El sistema de juego es fabuloso y muy sencillo: básicamente te andas moviendo por los escenarios (en 1ª o en 3ª persona) y cambia a modo 1ª en los combates. Yo solo he jugado en 3ª persona y aunque la manera de moverse por los escenarios puede ser un poco incomoda en otro tipo de juegos, en este no hace sino incrementar la sensación de angustia. Algunos ángulos y movimientos de cámara o el hecho de que no veas claramente hacia donde te diriges en muchos casos hace que te mantengas en total tensión cada vez que vas a abrir una puerta o doblar una esquina.
Como he dicho, los combates se desarrollan en primera persona: a través de la mirilla de la cámara, con la que intentas enfocar a los fantasmas. Los combates son lentos, con el movimiento y la visión muy limitados, lo que hace que te mantengas aun más en tensión. Algunos combates son realmente aterradores, viendo acercarse al fantasma y tu apenas moviéndote. O cuando desaparecen de tu vista y empiezas a mirar frenéticamente en todas las direcciones buscándolo, mientas escuchas sus susurros, risas o maldiciones, hasta que finalmente aparece de repente justo delante metiéndote un susto de muerte.
La dificultad esta muy medida (al menos en el nivel de dificultad que he jugado yo). Lo importante es que la historia se vaya desarrollando y la verdad es que perdería mucho si te tuvieses que tirar horas intentando resolver un puzzle o tuvieses que recargar 20 veces el juego para matar a un enemigo.
Si es que hasta el final del juego es buenísimo. ¡Y hay finales distintos según el nivel de dificultad! Y además al acabar te dan extras como modelitos, modos de juego nuevos o nuevas funciones de la cámara. Yo solo he visto uno de los finales, así que me parece que este va a ser uno de los pocos juegos que vuelva a jugarme de nuevo.
Creo que no me dejo nada en el tintero, así que resumiendo: Jugar a este juego es como estar metido en una película japonesa de terror. Si te gusta “pasarlo mal” mientras juegas, que no te quepa duda que este es tu juego.