Descatalogado por el editor, eso es lo que me dijeron ayer. Me parece de juzgado de guardia que una novela como “Cita con Rama” (que me había entrado nostalgia de volver a leer tras el comentario de mrithail de “2001: Una odisea del espacio”) este “descatalogada”. Una de las más importantes obras de ciencia-ficción, de uno de los principales autores del género, Arthur C. Clarke, y una de las novelas con más premios en su haber (Hugo, Locus, Nebula, Campbell…) es imposible encontrarla en una librería, mientras tienes estantes repletos de las “obras completas” de Dan Brown y montones de fast-books basura derivados.
Así que si quieres leer uno de los grandes clásicos de sc-fi, te toca probar suerte en alguna librería o mercadillo de viejo o, si tienes la suerte de entender el idioma de Shakespeare (y de Arthur C. Clarke), comprártela en play.com o Amazon (donde no solamente la tienen, sino que además en varias ediciones).
Claro que, igual resulta que hay algún desaprensivo por ahí, en lugar de tener que recorrerse medio mundo buscando un puto libro, decide bajársela del eMule (ah, estos malvados piratas que están matando a la industria editorial). O probar suerte en una biblioteca, a ver si por casualidad aun sigue en el Koldo Mitxelena la copia que me leí hace más de 10 años. Pero eso si, las bibliotecas, a pagar canon. Ya se sabe que cada libro que coges prestado en una biblioteca es un libro menos que se vende… aunque nadie venda ya ese libro…
A veces me entran ganas de partirle las piernas a alguien…
Después de ver esto, creo que el proyecto aquel que tenía de leerme todos los premios Hugo desde 1955 va a ser poco menos que imposible.
Así que si quieres leer uno de los grandes clásicos de sc-fi, te toca probar suerte en alguna librería o mercadillo de viejo o, si tienes la suerte de entender el idioma de Shakespeare (y de Arthur C. Clarke), comprártela en play.com o Amazon (donde no solamente la tienen, sino que además en varias ediciones).
Claro que, igual resulta que hay algún desaprensivo por ahí, en lugar de tener que recorrerse medio mundo buscando un puto libro, decide bajársela del eMule (ah, estos malvados piratas que están matando a la industria editorial). O probar suerte en una biblioteca, a ver si por casualidad aun sigue en el Koldo Mitxelena la copia que me leí hace más de 10 años. Pero eso si, las bibliotecas, a pagar canon. Ya se sabe que cada libro que coges prestado en una biblioteca es un libro menos que se vende… aunque nadie venda ya ese libro…
A veces me entran ganas de partirle las piernas a alguien…
Después de ver esto, creo que el proyecto aquel que tenía de leerme todos los premios Hugo desde 1955 va a ser poco menos que imposible.