martes, 30 de septiembre de 2008

De cómo (no) promocionar tu postura.

Pues resulta que leyendo los feeds, a través del comentario del pez sobre el articulito del de Prada del domingo pasado (del que a un pelo estuve de escribir yo mismo) descubro que, más allá de la cansina polémica sobre “educación para la ciudadanía”, resulta que hay follón montado con otra “polémica” asignatura con la que el maligno y ateo gobierno actual pretende adoctrinar las pobres e indefensas mentes de nuestros tiernos infantes.

Dicha asignatura se llama “ciencias para el mundo contemporáneo”, y en el artículo que enlaza el pez hacen una encendida crítica a los contenidos de la misma.

O algo así...

Por que cuando te encuentras críticas como esta:

Lo que es inaceptable es que trate de que los alumnos adquieran actitudes y valores sociales de antidogmatismo, curiosidad y tolerancia y pretenda incorporar estos conceptos, que no valores, en una asignatura pretendidamente científica.


Pueeeeees... No se... Que quieres que te diga... ¿Es realmente una crítica? Por que lo que es a mi, que no tengo ni zorra sobre el temario de la asignatura (hasta hace media hora ni sabia que existía), solo con eso ya me empieza a parecer una asignatura hasta deseable. Por que aunque esos conceptos le puedan parecer ajenos a una asignatura científica, el antidogmatismo y la curiosidad (no tanto la tolerancia, que ya lo he dicho otras veces: la ciencia no es democrática) son parte fundamental de la ciencia y son actitudes necesarias simplemente para comprender “que” es la ciencia.

Claro que en otras partes de la crítica se ve donde les duele en realidad:

en los criterios de evaluación, contraponiendo el trabajo científico sobre la base de las pruebas de la evidencia, a las creencias, que son equiparadas a opiniones.


Vaya perlita. Pero claro, cuando la única manera de defender tu postura es negando la evidencia, cualquier cosa que ponga la evidencia por encima de la creencia no puede ser muy bueno para el negocio.

Finalmente acaba criticando la merma de horas en otras asignaturas científicas para dar esta clase. Bueno, yo realmente no veo el problema. Para mi es más importante la educación en la ciencia, la comprensión de lo que es la ciencia, que la simple acumulación de determinados conocimientos científicos. Lo importante es que los chavales comprendan lo que es el método científico, la actitud que supone aceptarlo, el escepticismo. Que entiendan lo que es y lo que supone la ciencia. Y que despierte su curiosidad. La “actitud” científica es más importante que los conocimientos. Estos vendrán después, si hace falta (fíjate, a mi nadie me enseñó en el instituto qué es una supernova tipo Ia ni lo que es el límite de Chandrasekhar y hoy tengo una idea más o menos clara de ambas y por que uno lleva a la otra).

En fin... Que si pretenden convencer a alguien (no convenientemente adoctrinado) en contra del supuesto “adoctrinamiento” con argumentos como esos, mal lo llevan. A mi, por lo pronto, me han convencido de que es una asignatura necesaria.

PD: Un día de estos volveré a escribir de alguna frikada, pero es que últimamente tengo esa faceta bastante abandonada...

jueves, 18 de septiembre de 2008

El paréntesis

Creo en la libertad de mercado, pero en la vida hay coyunturas excepcionales. Se puede hacer un paréntesis en la economía de libre mercado.

Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE

Joder... Sin palabras me ha dejado. Pero que jeta. Pero que morro. Pero que caradura. Pero que falta de vergüenza. Pero que huevos se necesita tener para poder decir eso sin que se te caiga la cara al suelo.

Estamos a las puertas de la enésima comprobación empírica de que el sistema capitalista de libre mercado no funciona. Que los mercados no se autoregulan. Que hace falta un estado intervencionista que haga de árbitro para evitar que la codicia de las empresas haga que se vaya todo al garete (ya lo suele decir Chomsky: el liberalismo económico puro es imposible, por que las empresas tardarían dos días en destrozarse unas a otras). Y aquí tenemos a la patronal, sin cortarse un pelo, haciendo manifiesta defensa del famoso “privatizar el beneficio, socializar las pérdidas”. Con dos cojones. Cuando las cosas van bien, a llenarse los bolsillos. Cuando van mal, todo el estado a hacerse cargo de sus perdidas, usando como rehenes las pensiones y los ahorros de millones de ciudadanos.

Paréntesis les iba dar yo a estos. ¿Ahora pedís intervencionismo? Nacionalización de las empresas proporcional a la ayuda recibida y que les den por culo, joder.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Prensa amarillista

Si es que está visto que hay maneras y maneras de dar las noticias... Leo este titular en “El Mundo”:

El avión de Spanair rozaba el límite de carga pese a las averías que arrastraba


¿Ein?

Osea, que el gran notición, fruto, supongo, de sesudas investigaciones a riesgo sin duda de la integridad física de los propios periodistas era que... ¿el avión cumplía correctamente la normativa?

Digo yo que hubiese sido mucho más exacto y correcto titular el artículo algo así como:

El avión de Spanair no superaba el límite de carga.

Es que eso de "al límite" a mi me suena al estoy "un poco" embarazada. Por que si el avión cumplía la normativa y no superaba el límite, lo lógico y razonable sería buscar las causas del accidente en otro sitio. Más aún teniendo en cuenta que los límites se calculan con márgenes de seguridad y todo eso (¿Shavart?) y seguro que el avión no hubiese tenido ningún problema para despegar, no ya al límite, sino superando el límite por cierto margen.

Pero claro, supongo que eso buscar las auténticas causas será así si lo que realmente te interesa es descubrir qué fue lo que pasó. Por que con el historial que tiene últimamente “El Mundo” en cuanto a “himbestigaciones” con todo lo del 11-M, uno puede tener serias dudas de cuales pueden ser sus verdaderos objetivos...

No estaría mal que dejasen de tirar balones fuera y buscar culpables que vendan periódicos y dejen trabajar tranquilamente a los expertos que investigan (de verdad) el accidente.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

¡Fiu!

Hace algo menos de una hora que se ha puesto en marcha por fin el LHC y ¡sorpresa! el mundo sigue en su sitio...

Que, si, que vale, que ahora solo era una prueba del haz y las colisiones no empezarán hasta después del 21 de octubre, pero como si fuese a cambiar algo.

martes, 2 de septiembre de 2008

The Wire

Hace un par de semanas que terminé de ver la quinta y última temporada de esta serie, y aunque normalmente tanto tiempo después ni me molestaría en escribir algo al respecto, la verdad es que de esta serie en concreto tenía ganas de escribir una entrada. ¿Y por qué? Sencillamente por que me parece una de las series más fabulosas que he visto.

The Wire (“Bajo escuha”, creo que la han titulado por estos lares) empieza como una serie de policías un tanto diferente. No va al típico acelerado ritmo que suele ser normal en las series, a un caso por capítulo, quizá dos en los casos muy especiales. Toda la primera temporada es un único, largo, caso. Y también es mucho más sucia. Las pruebas no aparecen como por arte de magia. Los asesinos no se derrumban y lo confiesan todo después de cinco minutos de interrogatorio. Los testigos no hablan por que sí. Los polis no son inquebrantables pilares de la comunidad, guapos, listos, incorruptibles e incansables.

Aquí las pruebas se consiguen tras largas y tediosas investigaciones, horas y horas de vigilancias en los tejados, e interminables peleas burocráticas por conseguir una orden de registro o una escucha. Los asesinos no confiesan y tienen abogados que les dan de patadas a los fiscales. Los testigos no hablan, y a los que hablan, los quitan de en medio. Los polis son una panda de vagos y borrachos que lo único que piensan es en escaquearse y ver quien le va a firmar las horas extras que no han trabajado y donde los pocos que realmente son “buenos polis” se ven ahogados en medio de la incompetencia general. En definitiva, mucho menos Hollywood y probablemente mucho más cerca de lo que puede ser en la realidad.

Y no solamente va la serie de trabajo policial. Aquí “los malos” son parte fundamental de la trama, teniendo tanto protagonismo como los polis que intentan atraparlos. Sus motivaciones, sus deseos, la dura vida en las “casas baratas”. No solamente se ve el crimen, sino las raíces del crimen.

Súmale a todo eso unos guiones fabulosos, una trama absorbente y una gran dirección y ya tienes entre manos una de las mejores series policíacas que se han filmando.

Y eso es solo la primera temporada... A partir de ahí las cosas no hacen más que mejorar...

Por que en la segunda temporada, la serie extiende sus hilos. A otras zonas de la ciudad, a la corrupción en los sindicatos, la lucha de poder en la jerarquía de la policía, al tráfico de drogas a gran escala. Y como todo ello se mezcla y relaciona el más insignificante camello vendiendo en una esquina con un concejal de urbanismo.

Y ahí no queda la cosa, por que es a partir de la tercera temporada cuando la serie se vuelve ya absolutamente grandiosa. Es a partir de esta temporada cuando prácticamente toda la ciudad se ve reflejada en la serie, desde las esquinas de los barrios hasta el despacho del alcalde. Las tramas se cruzan por todas partes. Las guerras entre bandas por el control de las calles se reflejan en las luchas entre los políticos, que se reflejan en la presión que ejercen sobre el trabajo policial. La cuarta temporada mete en el meollo al sistema educativo y finalmente la quinta, a la prensa. Todos los trapos sucios, a todos los niveles, de una gran ciudad como Baltimore reflejados de manera simplemente magistral.

No es, desde luego, una serie para “ver sin pensar” (como me definía una amiga “Sexo en Nueva York”). Solo para seguir las decenas de personajes diferentes, cada uno de ellos perfectamente definido e interpretado, las relaciones entre ellos y como van variando de situación y protagonismo en cada una de las temporadas de la serie ya tienes que prestar bastante atención. Pero en realidad da igual, por que la trama es tan absorbente y esta tan bien llevada que simplemente sigues las cosas de manera natural.

En fin, ¡que hay que verla, coño!

Que además una de las cosas que más me sorprende es que, en las típicas conversaciones de “tu que series ves”, hasta ahora nadie la conocía cuando la he mencionado. Y eso a pesar de ser una serie aclamada unánimemente por todo el mundo, incluso considerada por muchos como la mejor serie de TV de todos los tiempos, que es mucho decir, y poniéndola por delante de otros pesos pesados de HBO (que teniendo en su haber series como “Los Soprano” o “Hermanos de sangre”, también es mucho decir).

Por estos lares creo que van a emitir ahora la cuarta temporada en TNT, pero la versión doblada es un auténtico crimen. El destrozo que le hacen es considerable (¿a quién se le ocurre doblar a una banda de trapichas negratas de barrio pobre?) así que la mejor opción es eMuleTV + subtítulos, que son sencillos de conseguir.

Ya está todo el mundo bajándosela a la de YA.