La Fórmula 1 es el único deporte que me gusta lo suficiente como para perder un par de horas de mi tiempo cada más o menos 2 semanas para ver una retransmisión deportiva en directo (o en diferido, que tampoco me gusta TANTO como para levantarme a las 7 de la mañana un domingo para ver correr coches en Melbourne o Shangai).
Ayer se terminó la actual temporada y más o menos fue la confirmación de 2 cosas:
Por un lado, está el rotundo éxito deportivo. Tener a un español de campeón del mundo por segundo año consecutivo es un sueño que hace apenas 5 años parecía irrealizable, cuando Gené y De La Rosa habían perdido sus asientos titulares en las más que modestas Minardi y Arrows y solo quedaba ese otro asturiano novato que de la mano de Briatore iba correr esa temporada de coche escoba en Minardi.
Claro que aquellos eran los tiempos en los que la F1 la veíamos cuatro gatos. Los tiempos en los que no la daban en la tele en ninguna cadena nacional y tenías que ver las (por otra parte excelentes, sobre todo en comparación con la lamentable T5) retransmisiones de la televisión fracesa (para mi Marc Gené seguirá siendo para siempre “le petit spagnol”, como le llamaban los comentaristas franceses después de ganar aquel mítico punto para Minardi en el 99… XD). Los tiempos en el que uno era el “raro” por quedarse aquellos domingos de verano en casa después de comer viendo en la televisión portuguesa carreras de coches que no le interesaban a nadie mientras todos los demás veían el Tour.
Y aquí nos viene la segunda cosa que se ha confirmado esta temporada: la completa destrucción de lo que la F1 ha sido para muchos de nosotros. Un mensaje SMS en la web de T5 lo resumía el otro día: “Tele 5, Lobato y Alonso se están cargando la F1”.
Bueno, yo prefiero dejar de lado en eso a Alonso. Alonso no es precisamente objeto de mi devoción, por que me cae igual de bien que una patada en las pelotas y ya le dedicaré unas líneas más adelante. Pero él hace lo que tiene que hacer: correr. Y como además el tío es una puta máquina con un volante en las manos, gana. Y merecidamente.
Pero a Tele 5 y a Lobato no. A esos no. Sobre todo a Lobato. Ni siquiera merece la pena criticarlo por ser un completo ignorante de la F1, como demuestra carrera a carrera. O por parecer dormido durante las retransmisiones. O por no hacer más que soltar estupideces, de tal manera que es casi 100% seguro que si él dice que ha pasado algo, lo que ha pasado en realidad es justo lo contrario. Por ser el comentarista más parcial de la historia de la TV, capaz de soltar frases como “el podio está copado por Renault, excepto el primer puesto” que demuestran una subnormalidad profunda y recuerdan el mítico titular del Pravda que comentaba los resultados de una competición URSS Vs. EE.UU. diciendo que “la URSS quedó segunda, mientras que los EE.UU. han quedado penúltimos”.
Lo peor de todo es en que ha convertido las carreras: en una lucha en la que hay uno bueno (Alonso) y un montón de malos malosos que le odian, que van todos a por él y a los que Alonso tendrá que vencer para que triunfe el Bien. Alonso es el bueno, el héroe perfecto que todo lo hace bien. Si se sale, no ha sido un error de conducción, es culpa del equipo por que el coche estaba mal reglado. Si consigue retener a Schumacher es por que es infinitamente mejor, no por que los Bridgestone en mojado vayan como la mierda. Pero si Schumacher consigue adelantarlo, entonces es por que Alonso es un gran estratega y se ha dejado pasar para poder seguir su estela (y si el Schumacher lo pierde de vista, vuelve a ser culpa de los reglajes).
Ha conseguido que la F1 sea como el fútbol.
¿Que ahora hay muchos mas seguidores de la F1? Completamente falso. Lo que hay es un montón de fanboys de Alonso, a los que no les gusta ver la F1 por disfrutar del rugido de los motores o los adelantamientos imposibles, sino solamente para ver ganar a Alonso. ¿Dónde coño estaban todos esos aficionados “de toda la vida” de la F1 que ahora tanto apoyan a un Alonso que gana estando en un equipo competitivo cuando Gené y De La Rosa se las pelaban para hacer auténticas gestas con coches que parecían carros tirados por mulas? Claro, pero entonces no ganaban, luego no interesa.
De todas formas, es de suponer que entre tanta masa de descerebrados surjan unos cuantos que realmente descubran interés en la F1 más allá de Alonso y que cuando a este se le acabe la estrella (que se le acabará) sigan fieles a la F1 post “Alonsomanía” (¿a alguien le suena el fenómeno SDLA?).
Luego está T5 apuntándose el tanto de su “gran apuesta” por la F1. Desde luego, no apostaba tanto por ella cuando el 2002 el RAC, poseedor de los derechos de retransmisión de la F1, se la ofreció de manera GRATUITA con la única condición de que las retransmisiones fueran en directo… Y la rechazó. No fue hasta que no empezó a hacer Alonso podios cuando los medios empezaron a apoyarle. No está mal: empezaron a apoyarle cuando ya no los necesitaba…
Y luego está Alonso. Él en si mismo es la mayor prueba del fenómeno fanboy hacia su persona. Miradlo objetivamente. ¿Cómo puede un tío como él atraer a las masas? Es engreído, prepotente, desagradecido, borde y un puto bocazas. Según el, la culpa de todo nunca es suya, sino de Fisichella, de los mecánicos, del equipo, de Ferrari o de la FIA, en su equipo no le quieren y no tiene nada que agradecerle a la Renault (cuando si esta corriendo en la F1 es gracias exclusivamente a Briatore). Alonso es el típico bocazas al que todo el mundo tiene en su lista negra secretamente. Ahora le va bien por que gana, pero en cuanto las cosas no le vayan tan bien se lo van a comer. Acompañado de habas y un buen Chianti. La gente tiene mejor memoria para los fracasos que para los triunfos.
Comparadlo con Schumacher. Schumy, nadie lo va a negar, es un piloto muy sucio. Su ambición no tiene límites y hará lo que sea para ganar, incluso sacar a sus rivales de la pista. Pero no es un bocazas. Sabe ser diplomático. Sabe qué decir y cuando lo debe decir. En definitiva, sabe comportarse. Cuando Alonso perdió 9 segundos en boxes por la famosa tuerca en el gran premio de China, se dedicó a poner a parir a sus mecánicos y equipo. Cuando en la carrera siguiente en Japón a Schumacher se le rompió el motor, literalmente perdiendo el mundial con él, lo primero que hizo fue ir al box y abrazarse con sus mecánicos. Esa es la diferencia. Eso es por lo que Schumacher tiene una legión de seguidores fieles en todo el mundo, mientras que al Alonso fuera de nuestras fronteras simple y llanamente no lo traga ni Dios.
Bleh… En fin… Ya me he quedado a gusto…
Ahora nos queda esperar a la siguiente temporada, que se presenta llena de intrigas. ¿Se encontrará Alonso un coche competitivo en McLaren el año que viene? ¿Correrá De La Rosa con él? ¿Aprenderá Raikkonen a no romper los motores en Ferrari? ¿Seguirán siendo estos tan efectivos ahora que con la marcha de Schumacher y la posible de Ross Brawn se romperá el equipo que hizo el tandem Schumy + Ferrari imbatible tantos años? ¿Estará Massa dispuesto a ser segundón después de su gran papel esta temporada? ¿Podrá Kovalainen suplir el papel de Alonso o se verá Renault sumido entre los equipos mediocres? ¿Terminarán de despegar los equipos japoneses, Honda y Toyota? ¿Podrá volver Williams por donde solía?
La respuesta a estas y otras incógnitas, a partir del 18 de marzo en Melbourne.
PD: Por cierto, después de la carrera de ayer solo puedo decir una cosa: Schumacher, por tu madre, ¡¡¡¡¡¡NO TE RETIRES!!!!!!