Parece que hoy anda el río revuelto con las polémicas declaraciones del premio Nobel James Watson (no el de Sherlock Holmes, sino el Watson de “Watson y Crick” que supongo que no muchos recordarán de sus clases de biología del instituto). Resulta que el ilustre científico más o menos ha venido a decir que "los negros son genéticamente más tontos que los blancos”.
(Aquí habría que insertar ahora una foto de la sede del KKK, donde seguramente estén celebrando dichas declaraciones abriendo cientos de botellas de bourbon al grito de “¡ya os lo decíamos!”)
Bueno, sosiéguense las masas por el momento. Lo primero que hay que hacer notar es que por muy descubridor de la estructura del ADN y muy premio Nobel que sea el Dr. Watson, eso de que los negratas son idotas es simple y llanamente su opinión personal, no una sesuda conclusión extraída de cientos de procedimientos experimentales apoyada por evidencias abrumadoras. Y aunque a la gente le mola mucho eso del principio de autoridad, mientras no las pueda sustentar con evidencias, sus opiniones valen tanto como las mías (o, ya puestos, como las del moreno que esta vendiendo DVDs piratas en la plaza del pueblo). Además, teniendo en cuenta el historial de declaraciones que tiene este caballero (con algunas perlas como la de que la homosexualidad es una enfermedad genética y que, de descubrirse el gen causante, las mujeres con un futuro hijo bujarrón deberían poder abortar, y otras por el estilo) cualquier opinión suya me da a mi que debería ser cogida con pinzas y guantes de goma de 1 cm. de grosor (ok, ok… cuasi-ad-hominem, pero me la suda).
Pero vamos a ver. Para empezar este hombre esta hablando de dos cosas (“razas” e “inteligencia”) que distan mucho de estar plenamente definidas o que incluso se de siquiera por cierto que existan como tales. Hoy en día hay entre poca y nula evidencia de que eso de “las razas” a nivel genético siquiera exista. Y aunque exista algo como las razas, hay tal cantidad de mezclas “raciales” en el mundo que sería virtualmente imposible encontrar y diferenciar claramente unas razas de otras. Que no se engañe más de uno: los humanos no pasamos de ser blancos como la nieve a negros como el carbón simplemente por nacer a uno u otro lado del estrecho de Gibraltar. El cambio en los fenotipos de unas regiones a otras es tan gradual que es simplemente imposible fijar un límite de separación.
Y eso por no hablar de la “inteligencia”, esa cosa etérea que nadie parece tener muy claro que es, y menos ahora con tanta “inteligencia emocional”, “inteligencia musical”, “inteligencia ponga-Vd.-aquí-lo-que-le-de-la-real-gana”. Por que cualquiera que haya hecho el típico test de inteligencia habrá podido comprobar que es imposible que una persona analfabeta, por muy inteligente que sea, saque una puntuación alta. Y aunque es innegable que la inteligencia tiene un componente genético, cosas como la educación, el entorno social, cultural y económico tienen tanto o más peso en su desarrollo.
Pero bueno. Y si resulta que tiene razón, ¿acaso importa lo más mínimo? Por que eso de ser megainteligente y tener un CI de 150+ no deja de ser una ePolla que para lo único que sirve es para comparar, ver quien la tiene más grande e hinchar egos, pero de utilidad práctica, ninguna. Ahí tienes a las cucarachas: 300 millones de años arrastrándose por ahí con un CI próximo a 0 y con toda seguridad seguirán arrastrándose por ahí 300 millones de años después de que el último de nuestros super-inteligentes descendientes se haya convertido en un dibujito muy mono en una roca sedimentaria. Por que vamos, aquí estoy yo, una persona considerada por (casi) todos como bastante inteligente, de los primeros de la clase en todos los test que hicieron en el instituto, con una carrera superior y haciendo la tesis en uno de los campos tecnológicamente más avanzados. ¡Soy la élite! ¡La vanguardia intelectual de la raza humana! Y aquí estoy, mileurista, viviendo con mis padres a los 30 años por que solo puedo tener casa o comida, pero no las dos a la vez, con unas expectativas profesionales patéticas y pensando en lo putas que las voy a pasar para jubilarme decentemente por que no he cotizado ni un chavo hasta los 29. Grandioso. Y ahí tienes a los “estúpidos negratas” que copan las 8 calles de la final de los 100 metros lisos, que son mas famosos, tienen mas pasta y han follado más de lo que lo haré yo en toda la puta vida. No encuentro muchos motivos para sentirme muy superior a ellos, la verdad… 10 cm. más de verga en vez de 10 puntos más de CI… Eso si que es una verdadera ventaja genética…
En fin, que me estoy rallando ya y debería estar trabajando. Para el que quiera enterarse más del asunto, se está hablando largo y tendido del tema. No os perdáis los comentarios de la gente en las noticias de los periódicos, para haceros una idea de con que clase de personajes compartimos el mundo…
Acualización 15-12-2007: Leo vía El retorno de los charlatanes que en unas recientes pruebas genéticas realizadas al insigne Dr. Watson, han podido comprobar que tiene un 16% de genes africanos. Tal cantidad (la media para los europeos ronda el 1%) parece que implica que uno de sus ancestros no muy lejanos (a lo sumo un tatarabuelo) era un estúpido negrata de esos.
Ah, la ironía...
(Aquí habría que insertar ahora una foto de la sede del KKK, donde seguramente estén celebrando dichas declaraciones abriendo cientos de botellas de bourbon al grito de “¡ya os lo decíamos!”)
Bueno, sosiéguense las masas por el momento. Lo primero que hay que hacer notar es que por muy descubridor de la estructura del ADN y muy premio Nobel que sea el Dr. Watson, eso de que los negratas son idotas es simple y llanamente su opinión personal, no una sesuda conclusión extraída de cientos de procedimientos experimentales apoyada por evidencias abrumadoras. Y aunque a la gente le mola mucho eso del principio de autoridad, mientras no las pueda sustentar con evidencias, sus opiniones valen tanto como las mías (o, ya puestos, como las del moreno que esta vendiendo DVDs piratas en la plaza del pueblo). Además, teniendo en cuenta el historial de declaraciones que tiene este caballero (con algunas perlas como la de que la homosexualidad es una enfermedad genética y que, de descubrirse el gen causante, las mujeres con un futuro hijo bujarrón deberían poder abortar, y otras por el estilo) cualquier opinión suya me da a mi que debería ser cogida con pinzas y guantes de goma de 1 cm. de grosor (ok, ok… cuasi-ad-hominem, pero me la suda).
Pero vamos a ver. Para empezar este hombre esta hablando de dos cosas (“razas” e “inteligencia”) que distan mucho de estar plenamente definidas o que incluso se de siquiera por cierto que existan como tales. Hoy en día hay entre poca y nula evidencia de que eso de “las razas” a nivel genético siquiera exista. Y aunque exista algo como las razas, hay tal cantidad de mezclas “raciales” en el mundo que sería virtualmente imposible encontrar y diferenciar claramente unas razas de otras. Que no se engañe más de uno: los humanos no pasamos de ser blancos como la nieve a negros como el carbón simplemente por nacer a uno u otro lado del estrecho de Gibraltar. El cambio en los fenotipos de unas regiones a otras es tan gradual que es simplemente imposible fijar un límite de separación.
Y eso por no hablar de la “inteligencia”, esa cosa etérea que nadie parece tener muy claro que es, y menos ahora con tanta “inteligencia emocional”, “inteligencia musical”, “inteligencia ponga-Vd.-aquí-lo-que-le-de-la-real-gana”. Por que cualquiera que haya hecho el típico test de inteligencia habrá podido comprobar que es imposible que una persona analfabeta, por muy inteligente que sea, saque una puntuación alta. Y aunque es innegable que la inteligencia tiene un componente genético, cosas como la educación, el entorno social, cultural y económico tienen tanto o más peso en su desarrollo.
Pero bueno. Y si resulta que tiene razón, ¿acaso importa lo más mínimo? Por que eso de ser megainteligente y tener un CI de 150+ no deja de ser una ePolla que para lo único que sirve es para comparar, ver quien la tiene más grande e hinchar egos, pero de utilidad práctica, ninguna. Ahí tienes a las cucarachas: 300 millones de años arrastrándose por ahí con un CI próximo a 0 y con toda seguridad seguirán arrastrándose por ahí 300 millones de años después de que el último de nuestros super-inteligentes descendientes se haya convertido en un dibujito muy mono en una roca sedimentaria. Por que vamos, aquí estoy yo, una persona considerada por (casi) todos como bastante inteligente, de los primeros de la clase en todos los test que hicieron en el instituto, con una carrera superior y haciendo la tesis en uno de los campos tecnológicamente más avanzados. ¡Soy la élite! ¡La vanguardia intelectual de la raza humana! Y aquí estoy, mileurista, viviendo con mis padres a los 30 años por que solo puedo tener casa o comida, pero no las dos a la vez, con unas expectativas profesionales patéticas y pensando en lo putas que las voy a pasar para jubilarme decentemente por que no he cotizado ni un chavo hasta los 29. Grandioso. Y ahí tienes a los “estúpidos negratas” que copan las 8 calles de la final de los 100 metros lisos, que son mas famosos, tienen mas pasta y han follado más de lo que lo haré yo en toda la puta vida. No encuentro muchos motivos para sentirme muy superior a ellos, la verdad… 10 cm. más de verga en vez de 10 puntos más de CI… Eso si que es una verdadera ventaja genética…
En fin, que me estoy rallando ya y debería estar trabajando. Para el que quiera enterarse más del asunto, se está hablando largo y tendido del tema. No os perdáis los comentarios de la gente en las noticias de los periódicos, para haceros una idea de con que clase de personajes compartimos el mundo…
Acualización 15-12-2007: Leo vía El retorno de los charlatanes que en unas recientes pruebas genéticas realizadas al insigne Dr. Watson, han podido comprobar que tiene un 16% de genes africanos. Tal cantidad (la media para los europeos ronda el 1%) parece que implica que uno de sus ancestros no muy lejanos (a lo sumo un tatarabuelo) era un estúpido negrata de esos.
Ah, la ironía...
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