Hoy toca crítica literaria, y le ha tocado la china al libro que me he terminado de leer esta mañana en el autobús: “El ocho”.
Una pequeña incursión en el hoy en día tan de moda género de los “mayores misterios de la historia”, como decía Malize el otro día en un comentario. No es un género que despierte mis pasiones, pero esta novela en concreto venía recomendadísima por la amiga que me presto el libro para leerlo, así que era cuestión de darle una oportunidad.
Copypasteo la sinopsis de la web de Ediciones B, que estoy vago:
Básicamente, la novela cuenta paralelamente las peripecias que viven principalmente dos mujeres (Catherine y Mirelle) y toda una troupe de seguidores en dos épocas distintas (1973 y el período de la revolución francesa) para desentrañar el misterio escondido en el ajedrez de Montglane, ocultado por un Carlomagno temeroso de su poder.
Bueno, impresiones personales.
La novela en si está bastante bien. Es entretenida y se lee sorprendentemente fácil. No llega a enganchar como otras que a cada página que lees estás ansioso por leer la siguiente para ver que pasa, pero sin embargo te encuentras con que tras un ratillo de estar leyendo en el bus te has tragado 30 páginas casi sin enterarte.
La historia es interesante y me ha gustado bastante la manera de contar en paralelo las dos historias en épocas diferentes (al estilo del Criptonomicón, por ejemplo) sin que se lleguen a liar demasiado o perder el hilo de alguna de las dos. Es sorprendente también la capacidad que ha tenido la autora de crear una trama sumamente compleja, en la que estás a un pelo de necesitar hacerte un croquis para poder seguir las relaciones entre la enorme cantidad de personajes implicados en el juego. También me ha gustado la habilidad que ha tenido para involucrar en la trama a prácticamente la mitad de las personas de renombre en la época de la revolución francesa. Implica en la trama desde músicos como Bach o Philidor, hasta matemáticos y científicos como Euler, Fourier o incluso Newton, pasando por montones de políticos, filósofos, artistas o gentes de renombre de la época como Voltaire, Richeleu, Charles-Maurice de Talleyrand, Marat y su asesina Charlotte Corday, Robespierre, Napoleón, Rousseau, hasta 3 zares (Catalina la Grande, Pablo y Alexander), Benjamín Franklin, Jacques Louis David, etc, etc, etc.
Hasta aquí bastante bien, pero ahora vienen los peros (puede haber algun spoiler ligero. Los gordos serán referenciados al final).
El primero, que el final es como para darle una paliza a la autora. Y no solamente por que resulte muy precipitado, sino por que rompe completamente con el aire de “ciencia” que le estaba intentado dar la autora al misterio hacia el final(*). Una cosa que esta bien de la novela es la manera que trata el misterio en las distintas épocas. El relato de Carlomagno es completamente místico: habla de fuerzas misteriosas que se sienten pero no se pueden medir y de poderes ocultos que transforman a la gente. La historia de Mirelle, en plena ilustración, es la búsqueda de la verdad del universo por medio de la aun en pañales ciencia moderna y aun con la inocencia de épocas anteriores. La parte en época actual se basa en desentrañar la “formula científica” ocultada en el juego. El problema es cuando la autora pretende mezclar las tres en la resolución del misterio y es completamente incapaz de hacerlo. Se ha encontrado con un juego de meter las piezas en sus siluetas, pero no consigue hacer que encajen. Y parece que ha aplicado la máxima de “Si no entra, no lo fuerces. Busca un martillo mas grande.”. Y lo destroza. El resultado es un chocho que ni es místico, ni “científico” ni queda bien como mezcla de ambos (* y **). Un ejemplo perfecto de cómo una chorrada al final puede hacer perder muchos puntos una buena historia.
Otro pero son los cabos sueltos que va dejando por el camino (***) y los elementos que parece que añade a la novela sin motivo aparente. Todo ese rollo de dioses, profetas y elegidos que están puestos ahí sin saberse muy bien por qué. Si, vale… Esta muy guay que el hijo de Mirelle sea el profeta y sea capaz ver el futuro de la gente. Pero si te lo ponen así uno esperaría que un personaje semejante sea trascendental en la historia, que sus acciones sean cruciales. Ni mucho menos. Puedes coger el libro, borrar completamente a Charlot de la historia y no cambiaría absolutamente nada. Pasa lo mismo con que Catherine sea la “elegida”, nacida el cuarto día del cuarto mes y con el símbolo del ocho en la muñeca. Uno se esperaría poderes ultraterrenos que guían a los protagonistas en su búsqueda de la verdad y bla, bla, bla… Pues nada, tampoco hay nada de eso. El hecho de que haya nacido ese día parece que lo único que es es pura coincidencia, por que no le da nada especial (bueno, miento… La tía es una puta enciclopedia con piernas).
También adolece en cierta medida del recurso al topicazo. El ejemplo más exagerado es el de la típica escena en la que el protagonista llega justo en el momento exacto para que aquel a quien buscaba muera en sus brazos. ¿Puede haber escena más típica? Pues la autora nos regala con nada menos que dos escenas así (con Voltaire y con la abadesa), a falta de una.
En fin... Resumiendo.
“El ocho” es una novela entretenida, con la que pasar un rato de agradable lectura. La historia es interesante y esta bien llevada, aunque con fallos y deslices que quizá se podrían atribuir a que es la primera novela de la autora. En mi opinión lo mas flojo es el final y desvirtúa en parte las 800 páginas anteriores.
¿Recomendaría la lectura? La verdad es que sí. Hay novelas mucho mejores y desde luego esta en mi opinión (que me se de alguna que no va a compartir) no pasará a los anales de la literatura, pero como todo buen best-seller es una lectura amena y entretenida. Yo le daría un 6.5 sobre 10, lo que no esta nada mal.
============= SPOILERS ==============
* ¿El elixir de la vida? ¿Esa es la “fórmula científica” que ocultaba el juego? Amos, no me jodas. Se pasa medio libro intentando darle aire científico al misterio y al final te salta con semejante chorrada. Si aún se hubiese quedado en la piedra filosofal, tendría un pase. Al fin y al cabo, lo mismo que buscaban los alquimistas lo hacemos hoy en día en los laboratorios de física nuclear. Si se ponía en plan místico podía haberse inventado otra cosa, la verdad.
** Es difícil juntar lo místico y lo científico de cualquier manera. Pero cuando pretendes hacerlo de manera que algo que podía quedar bien (la piedra filosofal) se transforme por arte de birlibirloque en una especie de aceite de serpiente que sirve lo mismo para limpiar una mancha que para curar el reuma (el elixir de la vida) por medio diluirlo en el rocío recogido el cuarto día del cuarto mes, cuando la luna esta entre Tauro y no se que otra constelación, no se queda ni en místico, ni en científico, sino en un soberana soplapollez. Y encima los encargados de resolver el misterio son dos físicos y una informática, que se quedan tan panchos delante de tan “científicas” revelaciones.
*** Ejemplo perfecto el asesinato de Fiske. ¿Quién coño fue al final el que monto el tinglado? ¿El gobierno británico? ¿El equipo blanco? ¿Tiene conexiones el equipo blanco con el gobierno británico?
============= SPOILERS ==============
Una pequeña incursión en el hoy en día tan de moda género de los “mayores misterios de la historia”, como decía Malize el otro día en un comentario. No es un género que despierte mis pasiones, pero esta novela en concreto venía recomendadísima por la amiga que me presto el libro para leerlo, así que era cuestión de darle una oportunidad.
Copypasteo la sinopsis de la web de Ediciones B, que estoy vago:
Catherine Velis, una alta ejecutiva experta en ordenadores, se ve atrapada sin quererlo en la búsqueda de un legendario ajedrez que perteneció al emperador Carlomagno. El campeón soviético de este juego, de gira por Nueva York, le advierte que corre un grave riesgo si se empeña en encontrar las piezas, pues en ellas reside la clave de una antigua fórmula ligada a la alquimia, la masonería y los poderes cósmicos.
Básicamente, la novela cuenta paralelamente las peripecias que viven principalmente dos mujeres (Catherine y Mirelle) y toda una troupe de seguidores en dos épocas distintas (1973 y el período de la revolución francesa) para desentrañar el misterio escondido en el ajedrez de Montglane, ocultado por un Carlomagno temeroso de su poder.
Bueno, impresiones personales.
La novela en si está bastante bien. Es entretenida y se lee sorprendentemente fácil. No llega a enganchar como otras que a cada página que lees estás ansioso por leer la siguiente para ver que pasa, pero sin embargo te encuentras con que tras un ratillo de estar leyendo en el bus te has tragado 30 páginas casi sin enterarte.
La historia es interesante y me ha gustado bastante la manera de contar en paralelo las dos historias en épocas diferentes (al estilo del Criptonomicón, por ejemplo) sin que se lleguen a liar demasiado o perder el hilo de alguna de las dos. Es sorprendente también la capacidad que ha tenido la autora de crear una trama sumamente compleja, en la que estás a un pelo de necesitar hacerte un croquis para poder seguir las relaciones entre la enorme cantidad de personajes implicados en el juego. También me ha gustado la habilidad que ha tenido para involucrar en la trama a prácticamente la mitad de las personas de renombre en la época de la revolución francesa. Implica en la trama desde músicos como Bach o Philidor, hasta matemáticos y científicos como Euler, Fourier o incluso Newton, pasando por montones de políticos, filósofos, artistas o gentes de renombre de la época como Voltaire, Richeleu, Charles-Maurice de Talleyrand, Marat y su asesina Charlotte Corday, Robespierre, Napoleón, Rousseau, hasta 3 zares (Catalina la Grande, Pablo y Alexander), Benjamín Franklin, Jacques Louis David, etc, etc, etc.
Hasta aquí bastante bien, pero ahora vienen los peros (puede haber algun spoiler ligero. Los gordos serán referenciados al final).
El primero, que el final es como para darle una paliza a la autora. Y no solamente por que resulte muy precipitado, sino por que rompe completamente con el aire de “ciencia” que le estaba intentado dar la autora al misterio hacia el final(*). Una cosa que esta bien de la novela es la manera que trata el misterio en las distintas épocas. El relato de Carlomagno es completamente místico: habla de fuerzas misteriosas que se sienten pero no se pueden medir y de poderes ocultos que transforman a la gente. La historia de Mirelle, en plena ilustración, es la búsqueda de la verdad del universo por medio de la aun en pañales ciencia moderna y aun con la inocencia de épocas anteriores. La parte en época actual se basa en desentrañar la “formula científica” ocultada en el juego. El problema es cuando la autora pretende mezclar las tres en la resolución del misterio y es completamente incapaz de hacerlo. Se ha encontrado con un juego de meter las piezas en sus siluetas, pero no consigue hacer que encajen. Y parece que ha aplicado la máxima de “Si no entra, no lo fuerces. Busca un martillo mas grande.”. Y lo destroza. El resultado es un chocho que ni es místico, ni “científico” ni queda bien como mezcla de ambos (* y **). Un ejemplo perfecto de cómo una chorrada al final puede hacer perder muchos puntos una buena historia.
Otro pero son los cabos sueltos que va dejando por el camino (***) y los elementos que parece que añade a la novela sin motivo aparente. Todo ese rollo de dioses, profetas y elegidos que están puestos ahí sin saberse muy bien por qué. Si, vale… Esta muy guay que el hijo de Mirelle sea el profeta y sea capaz ver el futuro de la gente. Pero si te lo ponen así uno esperaría que un personaje semejante sea trascendental en la historia, que sus acciones sean cruciales. Ni mucho menos. Puedes coger el libro, borrar completamente a Charlot de la historia y no cambiaría absolutamente nada. Pasa lo mismo con que Catherine sea la “elegida”, nacida el cuarto día del cuarto mes y con el símbolo del ocho en la muñeca. Uno se esperaría poderes ultraterrenos que guían a los protagonistas en su búsqueda de la verdad y bla, bla, bla… Pues nada, tampoco hay nada de eso. El hecho de que haya nacido ese día parece que lo único que es es pura coincidencia, por que no le da nada especial (bueno, miento… La tía es una puta enciclopedia con piernas).
También adolece en cierta medida del recurso al topicazo. El ejemplo más exagerado es el de la típica escena en la que el protagonista llega justo en el momento exacto para que aquel a quien buscaba muera en sus brazos. ¿Puede haber escena más típica? Pues la autora nos regala con nada menos que dos escenas así (con Voltaire y con la abadesa), a falta de una.
En fin... Resumiendo.
“El ocho” es una novela entretenida, con la que pasar un rato de agradable lectura. La historia es interesante y esta bien llevada, aunque con fallos y deslices que quizá se podrían atribuir a que es la primera novela de la autora. En mi opinión lo mas flojo es el final y desvirtúa en parte las 800 páginas anteriores.
¿Recomendaría la lectura? La verdad es que sí. Hay novelas mucho mejores y desde luego esta en mi opinión (que me se de alguna que no va a compartir) no pasará a los anales de la literatura, pero como todo buen best-seller es una lectura amena y entretenida. Yo le daría un 6.5 sobre 10, lo que no esta nada mal.
============= SPOILERS ==============
* ¿El elixir de la vida? ¿Esa es la “fórmula científica” que ocultaba el juego? Amos, no me jodas. Se pasa medio libro intentando darle aire científico al misterio y al final te salta con semejante chorrada. Si aún se hubiese quedado en la piedra filosofal, tendría un pase. Al fin y al cabo, lo mismo que buscaban los alquimistas lo hacemos hoy en día en los laboratorios de física nuclear. Si se ponía en plan místico podía haberse inventado otra cosa, la verdad.
** Es difícil juntar lo místico y lo científico de cualquier manera. Pero cuando pretendes hacerlo de manera que algo que podía quedar bien (la piedra filosofal) se transforme por arte de birlibirloque en una especie de aceite de serpiente que sirve lo mismo para limpiar una mancha que para curar el reuma (el elixir de la vida) por medio diluirlo en el rocío recogido el cuarto día del cuarto mes, cuando la luna esta entre Tauro y no se que otra constelación, no se queda ni en místico, ni en científico, sino en un soberana soplapollez. Y encima los encargados de resolver el misterio son dos físicos y una informática, que se quedan tan panchos delante de tan “científicas” revelaciones.
*** Ejemplo perfecto el asesinato de Fiske. ¿Quién coño fue al final el que monto el tinglado? ¿El gobierno británico? ¿El equipo blanco? ¿Tiene conexiones el equipo blanco con el gobierno británico?
============= SPOILERS ==============
3 comentarios:
Respecto a los peros:
¿cientifico? el enfoque en nigun momento me pareció cientifico, sino de misterio, me parece que estas influenciado por el cripnomicon ese (que no he leido), porque a mi realmente me pareció una novela muy bien llevada, muy por encima del tan archiconocido guion de pelicula que es el codigo da vinci.
Respecto al descubrimiento del final... a mi me pareció bastante apropiado. Despues de todo empezó sobretodo con rollo de alquimia y demas.
y lo personajes que sobran...
¿Todos los perosnajes tienen que ser importantes en una novela? yo creo que no se suman y hacen un todo pero no todo el que sale ha de ser protagonista. XDDD
Pues sera pq no se pasan medio libro intentando dar explicaciones "cientificas" y buscando la "formula cientifica" escondida en el tablero, vaya... El problema no es que sea cientifico o mistico o mezcla de los dos (tienes notables ejemplos de todos ellos)... El problema es la incapacidad de conseguir que encaje y sea creible... No es razonable que dos fisicos que buscan resolver algo "cientifico" se encuentren, mas alla de la alquimia, con una mezcla de brujeria barata y astrologia que no pega ni con cola y se queden tan panchos...
Tal y como desarrolla la historia, va pasando del origen mistico total a pretender ser mas "cientifico" para, al final, dar un golpe de tuerca "sorprendente" (que supongo que sería lo que pretendia la autora) que le sale como el culo...
Podia haberlo hecho mejor de mil maneras distintas... Incluso podria haber echado mano de esos hilos sueltos que ha dejado de dioses y profetas para que encajase mucho mejor, dandoles protagonismo en lo que ocultaba el ajedrez (como una invocacion a otros poderes, etc, etc)... Es que casi cualquier otra solucion hubiese sido infinitamente mejor...
En cuanto a los personajes, todo depende de la relevancia que aparenten tener... Tal y como aparece Charlot en esta novela, a mi la impresion que me da es que ha ido improvisando la historia segun escribia (el abrupto final tambien es un indicador de eso), ha introducido un personaje que parecia "guay" y luego se ha encontrado sin saber como meterlo en la historia (o sin paginas para hacerlo)... Y se ha quedado ahi de pegote... Pasa lo mismo con la historia de la diosa y todo eso...
En cuanto al Criptonomicon, era solo un ejemplo de estructura narrativa (esto es: varias historias en epocas diferentes contandose en paralelo)... Por lo demas, esas dos novelas se parecen tanto como 2001 y Torrente 3...
Estaría de acuerdo contigo si no fuese pq me lo leí hace ya años y, la verdad, no le presté excesiva atención (es decir, ya casi ni me acuerdo). Pero, vamos, un culebrón místico más para leer.
Si quieres algo weno, cómase usted Illion de Dan Simmons, el de Hyperion.
MaLize
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