miércoles, 8 de junio de 2005

Nadie sabe

Ejem… Un tiempecito sin actualizar esto, eh? Bueno, más o menos como todo lo que empiezo, el entusiasmo dura poco… XD

En fin… Podría poner un buen número de excusas (todas ellas perfectamente válidas y verídicas) de por qué no lo he hecho, pero me parece una tontería. Simplemente ya estoy de vuelta y punto. :-P

Pues eso, retomando mis tonterías habituales, hoy toca comentar un par de cosillas sobre una película que vi ayer (lo cual era, supuestamente, uno de los objetivos iniciales de este blog, aunque confieso que soy bastante negado para hacer “reviews” de películas).

La película en cuestión es “Nadie sabe” (Dare mo shiranai), película del director japonés Hirozaku Koreeda y que fue bastante aclamada a su paso por el festival de Cannes del año pasado (con premio al mejor actor incluido para su joven protagonista, Yûya Yagira). La pude disfrutar en V.O.S. cómodamente en un “pase privado” (5 personas estábamos en la sala) en el Trueba.

Una pequeña sinopsis:

(Como curiosidad, diré que no voy a poner nada que no aparezca en cualquier sinopsis que aparezca en cualquier periódico. Pero es que tal y como transcurre la película cualquier sinopsis que se haga sobre la película tiene un “efecto” curioso, casi de spoiler, que ya comentaré mas adelante.)

El joven Akira, de 12 años, vive junto a su madre y sus 3 hermanos pequeños en un pequeño piso de Tokyo. Podría parecer una familia de madre soltera “normal” si no fuera por que la existencia de sus 3 hermanos se mantiene oculta al resto del mundo, supuestamente para que “no les echen” del piso.

Aun así, las cosas parecen ir bastante bien, hasta que un día su madre desaparece, dejando únicamente un sobre con un poco de dinero y una nota para Akira, encargándole que se haga cargo de sus hermanos mientras ella esta ausente.

(Y hasta ahí puedo leer… :-P)

Bueno. ¿Por qué decía lo del “spoiler”? Por el efecto (posiblemente premeditado) que produce al principio de la película el saber que la madre les va a abandonar. Los primeros 20 minutos o así es un retrato de una familia feliz. Poco común y con sus extrañezas, pero con una madre que quiere a sus hijos y unos hermanos compenetrados que viven sus vidas en su pequeña “prisión” de la mejor manera que pueden. El efecto es que te pasas esos primeros minutos odiando a la madre. Por falsa. Por hipócrita. Por que sabes que por mucho cariño y amor que derroche no va a dudar ni un momento en abandonarlos a su suerte poco después.

Y cuando lo hace es cuando empieza la película. Es a partir de ese momento cuando Akira tiene que empezar a velar por sus hermanos, los hermanos que “nadie sabe” que existen. A estirar el poco dinero que tiene y a buscarse la vida cuando se acaba. A mantener la esperanza de sus hermanos cuando el ya tiene el convencimiento de que su madre los ha abandonado y no piensa volver. A afrontar su propia desesperación y su deseo de una imposible vida normal.

Todo contado muy “a la japonesa”. La historia se desarrolla a un ritmo pausado. Los diálogos son pocos y la cantidad enorme de sentimientos que hace remover a lo largo de la película te los muestra a través de expresiones, gestos, miradas, imágenes de la vida cotidiana, los gestos de ayuda o de desinterés de la gente que les rodea. El derrumbe de Akira con su escarceo con los videojuegos. La ignorancia de los problemas del mundo adulto en la niña dibujando sobre los avisos de corte de suministro eléctrico. La pasmosa cantidad de detalles que te muestra según se va derrumbando a su alrededor el mundo que conocían.

Una historia (y un final) bastante dura, que si eres de los que tienen tendencia a llorar te puedes pasar la última media hora haciéndolo a moco tendido.

Mención especial a los actores. Para ser una película en la que los actores principales son todos niños, las interpretaciones son para quitarse el sombrero. Nada que ver con las típicas interpretaciones totalmente artificiales y ñoñas de los criajos que solemos ver en las teleseries de por estos lares y, desde luego, muy merecido el premio al mejor actor a Yûya Yagira (Akira) en Cannes. He leído por ahí que casi todos los actores eran novatos y la mayoría de los guiones medio improvisados. Pues quizá sea precisamente por eso, pero les ha quedado genial. Las interpretaciones de los niños son de una naturalidad pasmosa.

En fin, que podría decir muchas cosas de esta peli. Pero como siempre, lo mejor es ir a verla y disfrutarla. Aprovechar antes de que la quiten de cartel.

Por cierto, que esta basada en hechos reales, sucedidos en 1988. Aunque por lo que he leído, los hechos reales fueron aun más truculentos. La realidad siempre supera a la ficción.

Para acabar, un par de comentarios de buen friki:

El primero, que no he podido dejar de acordarme de “La tumba de las luciérnagas” viendo esta película. Cosa normal, teniendo en cuenta que la temática viene a ser similar (hermanos que se quedan solos y han de buscarse la vida). Salvando las diferencias obvias, esta película no va a desmerecer ninguna comparación con ella. Ambas son dos películas imprescindibles.

El segundo… ¿Alguien sabe quien era la seiyuu de la amiga ganguro de Izumi-chan en Beck? Yo juraría que tiene la misma voz que la actriz que hace de la madre (una tal Yuo).

Ale… Ir al cine. Merece la pena.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es VOS o está doblada?

Wendigo dijo...

Pos creo que si ha sido doblada, pero a estas alturas al menos aqui en Donosti solo queda en VOSE...

De todas formas, temiendome como me temo que tendra un doblaje infantil lamentable de los que se gastan aqui, como varios millones de veces mejor verla en VO, pq lo bordan...